domingo, 26 de julio de 2015

Resident Evil

Capítulo 1: La llamada


La luz del sol desapareció para dar lugar a la noche. Un coche llega a la comisaría de policía de Raccon City, una ciudad estadounidense. Del coche de baja Mark Often, un chico de 20 años que comenzó ese día en el cuerpo de policía. Unos minutos después, el comisario de policía le mostró a Mark su mesa. Allí Mark observó a una chica que estaba un par de mesas de la suya. Pudo leer su nombre escrito en un cartel en la mesa: Jill Valantine.


En ese momento sonó el teléfono de la mesa de Mark. Éste descolgó el teléfono. Mark sólo pudo escuchar un grito de una mujer pidiendo ayuda. Mark fue corriendo hasta el despacho del comisario. Éste decidió localizar la llamada para saber quién había llamado. Minutos después, el comisario le informó que la llamada procedía de una casa situada a las afueras de Raccon City. Mark decidió ofrecerse voluntario para ir a saber qué es lo que pasaba. El comisario estuvo de acuerdo.


Mark cogió el coche y se puso en camino hacia la casa esperando que la mujer que había realizado la llamada estuviese bien. Cuando llegó a la casa, no encontró a nadie fuera por lo que decidió entrar. Una vez que entró en la casa pudo ver que estaba totalmente a oscuras y no se escuchaba nada.


-¿Señora?-dijo Mark-, ¿hay alguien?


Nadie contestó. Mark continuó avanzando por el salón y se acercó a una de las mesas. Pudo observar la foto de una mujer que se parecía muchísimo a su madre. En ese momento, escuchó un grito de una mujer arriba.


Capítulo 2: El primero


Mark subió corriendo las escaleras con su pistola preparada por si tenía que disparar. Entró en una habitación pero no encontró nada hasta que se fijó mejor y descubrió algo de sangre. Se fue hasta la siguiente habitación, donde volvió a encontrar sangre, pero en esta ocasión era cuavulada, algo que era imposible, ya que la sangre sólo alcanzaba ese estado después de la muerte. Mark escuchó en ese momento un ruido proveniente del final del pasillo.


Salió de la habitación y pudo ver como un hombre se acercaba lentamente hacia él. Mark pudo observar que estaba lleno de sangre que no era suya.


-¡Quieto!-dijo Mark.


El hombre continuaba avanzando hacia él.


-¡Le he dicho que se esté quieto o disparo!-dijo Mark.


El hombre se paró y miró a Mark. En ese momento se avalanzó sobre él intentando morderle. Mark consiguió quitárselo de encima. El hombre volvió a avalanzarse sobre él. Mark no tuvo más remedio que dispararle en el pecho.


-Estaba loco este tío-dijo Mark.


Mark comenzó a avanzar por el pasillo pero pudo escuchar de nuevo el ruido. Mark se giró y pudo ver como el hombre volvía a levantarse como si nada.


-No puede ser-dijo Mark.


Mark comenzó a dispararle en el pecho pero el hombre seguía avanzando. En ese momento Mark le disparó a la cabeza. El hombre cayó al suelo y ya no se levantó.


Capítulo 3: Compañía


-¿Qué coño es esto?-dijo Mark.


Mark volvió a escuchar de nuevo un ruido, en esta ocasión en el salón de la casa. Mark bajó las escaleras despació. Al llegar al salón vio a alguien que le resultaba familiar.


-¿Jill?-dijo Mark.


Era Jill Valantine, su compañera de la comisaría.


-Estás aquí-dijo Jill.


-¿Qué haces aquí?-dijo Mark.


-El jefe me mandó para ayudarte, porque no dabas señales de vida-dijo Jill.


-Por poco no salgo de esta-dijo Mark.


-¿Cómo?-dijo Jill.


-Había un hombre que estaba como loco-dijo Mark-, intentó morderme y por más que le disparaba en el pecho no se moría, tuve que dispararle en la cabeza.


-¿Me estás vacilando no?-dijo Jill.


-¿Tengo cara de estar vacilando?-dijo Mark.


-Lo mejor será que salgamos de esta casa cuanto antes-dijo Jill-, tenemos que encontrar a esa mujer.


Los dos decidieron buscar en el piso de abajo a la mujer que había llamado pidiendo socorro. En ese momento, los dos volvieron escuchar a la mujer gritar.


Capítulo 4: La mujer


Jill y Mark consiguieron llegar hasta un salon donde se encontraba la mujer, muy asustada.


-¿Está bien?-dijo Mark.


-¡Tenemos que salir de aquí!-dijo la mujer-, me quieren morder.


Mark miró delante suyo y pudo ver a cinco personas llenas de sangre que se acercaban hacia ellos.


-¡Jill disparáles!-dijo Mark.


-No pienso disparar a nadie porque sí-dijo Jill.


-Son como el hombre de antes-dijo Mark-, en la cabeza.


Los dos policías comenzaron a dispararles en la cabeza pero vieron como detrás de ellos se acercaban cerca de cinco más.


-¡Salgamos de aquí!-dijo Mark-, ¡vamos!


Los tres comenzaron a correr hasta la entrada principal y consiguieron salir. Los dos se montaron cada uno en su coche. La mujer se montó en el coche de Mark.


-Todo va a salir bien-dijo Mark-, ¿cómo te llamas?


-Me llamo Alice-dijo la mujer-, trabajaba como sirvienta en la casa.


-Todo ya ha pasado-dijo Mark-, no te preocupes.


Mark y Jill llegaron con Alice a la comisaría y le informaron al comisario de lo que les había ocurrido en la casa. El comisario mandó a un equipo de cinco personas para que fuesen a la casa para averiguar qué había pasado. Una ambulancia llegó para llevarse a Alice para curarla de las heridas que tenía.


Mark y Jill pensaban que sus compañeros iban a conseguir acabar con lo que había pasado. ¿Lo conseguirían?






























































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