Capítulo
1: Un año después
Antonio
se despierta dispuesto a comenzar bien el día. Había pasado un año
desde la aventura que vivió con la trama del prostíbulo. Hiralio
había sido asesinado y su rival ya había sido juzgado y metido en
la cárcel durante dos años más. Le resultó extraño no encontrar
a Berta en casa, aunque sí tenía preparado el desayuno. Bajó al
portal y notó todo el ambiente muy extraño: no estaban ni Enrique
ni Coque. Horas después, regresó a casa y Berta ya estaba allí,
aunque con una actitud extraña.
Al
ir al baño descubrió, detrás de la cisterna, unos calzoncillos que
no eran suyos. Eso sólo tenía una explicación: Berta le estaba
engañando. En lugar de decirle nada a Berta decidió comenzar a
investigar quién era el amante. Al día siguiente, Berta salió de
casa con la excusa de que se iba a misa. Antonio decidió seguirla.
Berta entró en la iglesia y después salió. Antonio entró para
interrogar al sacerdote sobre qué le había confesado Berta. El
sacerdote le dijo que no le podía decir nada.
Capítulo
2: La Identidad
Al
día siguiente, Berta, en lugar de echarse la siesta, salió de casa
diciendo que iba a ver a su madre. Antonio la siguió hasta la puerta
de un hotel. Le preguntó al recepcionista en qué habitación estaba
pero éste no le podía dar esa información. Después de sobornarle,
consiguió llegar a la puerta. Comenzó a aporrearla para que Berta
le abriera. Finalmente, tiró la puerta abajo. Dentro sólo encontró
a Berta en la cama, no había ninguna otra persona. Encontró de
nuevo otros calzoncillos.
Antonio
le preguntó directamente con quién le estaba engañando. Berta se
puso a llorar y le dijo que le perdonase, que lo había pasado muy
mal, pero que jamás le iba a decir quién era su amante. Berta
comenzó a buscar la manera de saber el propietario de los dos pares
de calzoncillos, por lo que decidió ponerlos tirados en el portal de
la comunidad por si era algún vecino. Momentos después, escondido
en el cuarto de contadores, descubrió a Coque cogiéndolos y
guardándoselos.
Capítulo
3: Venganza
Antonio
se quedó alucinado de que Berta le estuviese poniendo los cuernos
con Coque. Al instante fue a por él y comenzó a pegarle. Enrique
consiguió pararle hasta que Coque confesó que era él. Antonio se
quedó destrozado y no tenía fuerzas como para seguir adelante por
lo que decidió coger sus maletas y marcharse de la comunidad para
siempre. Semanas después, Berta no sabía nada de Antonio por lo que
sospechó que le había abandonado.
Berta
comenzó una relación con Coque mientras comenzó con los trámites
de divorcio. Antonio recibió la carta de la abogada de Berta y se
dio cuenta de que tenía que luchar por su imperio y por sus casas a
pesar de la traición de Berta: tenía que regresar a Mirador de
Montepinar.
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