21 de Abril de 2012
Clara se despertó a las ocho de la mañana, como todos los días. Tenía que ir a la universidad, en la cuál entraba a las nueve. A sus 19 años, Clara estudiaba para ser una gran arquitecta. Vivía con su madre en un piso de Barcelona. Su padre les abandonó cuando Clara no era más que una niña. Desayunó deprisa y se fue corriendo a sus clases. Al salir de ellas, Clara fue a casa a comer. Tenía la comida hecha, pero no había nadie ya que su madre estaba trabajando en una tienda de ropa. Clara comió y se vistió para ir a trabajar. Clara trabajaba como camarera en un bar del centro de la ciudad, y era muy amiga del dueño del bar. Sus familias se conocían desde hace muchos años. Clara trabajaba hasta las diez de las noche. A las nueve de la noche, Clara escuchó la puerta abrirse mientras terminaba de recoger unas cosas.
22 de Abril de 2012
Clara se despertó. Estaba tirada en el suelo de su habitación. Le dolía mucho la cabeza. Se la tocó y descubrió que tenía sangre. Se puso de pie pero descubrió que se mareaba un poco. El escritorio tenía algo de sangre en el borde. Miró el reloj y descubrió que eran las ocho y media. No sabía cómo había acabado en su habitación ya que no recordaba nada desde que estaba a las nueve de la noche barriendo en el bar. Se vistió y fue al baño a curarse la herida. Al llegar a la cocina descubrió que su madre no se encontraba en el piso, por lo que pensó que igual había madrugado para ir a hacer recados. Cuando salió a la calle descubrió que había menos gente de lo normal. Mientras se acercaba a la universidad, comenzó a ver aparecer numerosos vehículos de bomberos y de policía. Clara se quedó helada al ver desde lejos la universidad totalmente quemada y acorralada.
Capítulo 2: Buscada
Clara no entendía qué había podido pasar en la universidad. Cuando se fue acercando, la gente no hacía más que mirarla y señalarla. Cuando un policía la vio, se sobresaltó y mandó a todos los policías que la detuvieran. Asustada, Clara comenzó a correr sin saber qué estaba pasando. Consiguió huir de la policía ocultándose en un callejón. Decidió quedarse allí escondida hasta que la tienda en la que trabajaba su madre abriese para ir a hablar con ella. Cuando fue a la tienda, descubrió que su madre no se encontraba allí y la otra dependienta, al verla, comenzó a gritarle "asesina" y a decir que iba a llamar a la policía. Clara corrió y se escondió de nuevo en el callejón. Estaba muy asustada y no sabía lo que estaba pasando. Vio en la esquina del callejón un cartel con su foto con el mensaje: "SE BUSCA POR ASESINATO. MUY PELIGROSA".
Clara sabía que la respuesta tenía que estar en la noche anterior, de la cual no recordaba nada. Como era la hora de ir a trabajar, decidió ir para intentar hablar con el dueño del bar. Cuando llegó descubrió que el bar estaba cerrado por defunción. ¿Quién había muerto? En ese momento, alguien tiró de ella y la metió dentro de un coche. Clara intentó defenderse cuando descubrió que se trataba de un amigo suyo de la universidad. Su amigo la llevó a su casa, a las afueras de la ciudad. Los dos entraron en la casa e intentaron tranquilizarse.
-¡Todo el mundo te está buscando Clara!-dijo Enrique-, ¿por qué lo has hecho?
-¿El qué he hecho supuestamente?-dijo Clara.
-Matar al dueño del bar en el que trabajabas y secuestrar a tu madre-dijo Enrique.
-¿Cómo?-dijo Clara.
Capítulo 3: Primeros recuerdos
Clara estaba muy confusa, no tenía ni idea de lo que estaba diciendo Enrique. En ese momento, comenzó a llegarle a la mente más imágenes de la noche anterior. Se veía a ella misma girando hacia la puerta. Una persona entraba en el bar y la cogía del brazo hasta llevarla a una sala. Momentos después, esa persona dispara en la cabeza al dueño del bar. Clara volvió en sí regresando a la habitación en la que se encontraba con Enrique. Aún no sabía lo que había pasado la noche anterior, pero los primeros recuerdos dejaban claro que ella no había sido la asesina del dueño del bar, pero, ¿había secuestrado ella a su madre? Clara comenzaba a dudar de sí misma, al menos contaba con el apoyo de Enrique.
-No me acuerdo de nada de lo que sucedió anoche-dijo Clara-, sólo recuerdo a un hombre que entró en el bar y me intentó hacer daño. Después, fue él el que mató al dueño del bar.
-Yo te creo Clara-dijo Enrique-, pero me da que por mucho que digas eso nadie te va a creer.
-Pues tendré que demostrarlo-dijo Clara-, y encontrar a mi madre.
-Yo te ayudaré-dijo Enrique-, sé que no eres una asesina.
Los dos amigos se abrazaron con fuerza. Clara decidió comenzar por la escena del crimen. Los dos se colaron en el bar para poder encontrar alguna pista sobre quién estuvo la noche anterior. Enrique consiguió encontrar unos casquillos de bala que se habían caido y la policía no había encontrado.
-El asesino disparó más de una vez-dijo Enrique.
-Eso significa que igual no quería matar al dueño del bar-dijo Clara.
En ese momento, Clara comenzó a tener nuevos recuerdos. Se veía a ella misma corriendo por el bar mientras la persona que había entrado comenzaba a dispararla. El dueño del bar intentó detenerle y se llevó el disparo en la cabeza.
-¡Me quería matar a mí!-dijo Clara.
Capítulo 4: Las Huellas
En ese momentos los dos escucharon un ruido en la puerta, por lo que decidieron huir por la parte trasera. Era la policía, por lo que comenzaron a correr para dejarlos atrás. Se escondieron en un callejón intentando averiguar quién era la persona que había entrado en el bar, que había intentado matar a Clara y que había matado al dueño del bar. Al día siguiente, Clara seguía sin recordarlo todo, y además su madre seguía sin dar señales de vida. Al despertar se dio cuenta de que Enrique no estaba. Al rato, le vio aparecer con algunos miembros de policía. Clara comenzó a correr pero no le sirvió de nada, la policía consiguió detenerla y llevarla a comisaría. Enrique la había traicionado y no sabía por qué. En la sala de interrogatorios, el inspector de policía comenzó a interrogarla.
-Ya le he dicho todo lo que sé-dijo Clara.
-¿Pretendes que nos creamos que no recuerdas nada y que fue otra persona?-dijo el inspector.
-Sí, es la verdad-dijo Clara.
-Hemos encontrado huellas tuyas en la escena del crimen-dijo el inspector.
-Trabajo en ese bar es normal encontrarlas-dijo Clara.
-También en el cadaver-dijo el inspector-, trozos de piel tuya debajo de las uñas del dueño del bar.
En ese momento, Clara comenzó de nuevo a recordar. Recordó acercarse al dueño del bar mientras la persona intentaba dispararle. El dueño del bar se puso delante de ella, y como ella no quería que le pasase nada, el dueño del bar forcejeó con ella hasta arañarla sin querer en el brazo y tirarla al suelo. En ese momento, la persona le disparó en la cabeza. Clara regresó a la sala de interrogatorios y se examinó el brazo: tenía los arañazos. Clara intentó explicar lo que sucedió realmente, pero nadie la creía por lo que fue trasladada a los calabozos de la comisaría. Se tumbó y volvió a recordar. En ese momento, comenzó a recordar la voz de la persona que había entrado en el bar y unas palabras que le dijo: "Te voy a secuestrar para que tu querida madre me pague un dineral".
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